En domingo no es amargo: el dulce encanto de contar cuentos

Míkel F. Deltoya

Es frecuente -pienso, mientras hojeo En domingo no es amargo de Patricia Laurent Kullick- que sienta mariposas en el estómago cada que me encuentro ante los cuentos unidos de alguna o algún autor.

Cuando me hallo frente a toda la obra narrativa -hasta la fecha- me emociona pensar que durante las páginas se va revelando gradualmente la madurez, sofisticación, ruptura y desmitificación de quien escribe.

Si uno como lector, no es el mismo en el momento en que relee un cuento, me imagino que Paty, como autora, se va trasmutando continuamente, en ocasiones haciendo que los motivos de sus cuentos alcancen sitios aptos sólo para algunas personas iluminadas, o bien, repten entre lo irremediablemente humano.

Pero leer En domingo no es amargo, publicado por Ediciones Atrasalante, fue todo, menos gradual. Pienso en este libro, por el azaroso orden de aparición de los textos y su arquitectura de caos controlado, como aquella reunión en jornadas de unos muchachos a las afueras de la ciudad durante la peste… y sonrío, porque de alguna manera, todos, en este momento, nos hemos reunido en los bordes de la realidad virtual para contar nuestra experiencia con los cuentos de Paty.

La cuentística de Paty siempre sorprende, pues es una narradora encomiable que lo mismo se equilibra entre lo poético que lo vanguardista, que explora alternadamente la risa como el quebranto, y cuyos narradores hacen sinergia entre la ingenuidad y astucia, la contemplación y la introspección.

Los cuentos que se reposan en esta antología personal, son un homenaje indirecto al dulce encanto de contar. A Paty, al igual muchos otros entendidos de la narrativa, la conocí con sus novelas más famosas como El camino de Santiago, pero cuando llegué a sus cuentos, disfruté mejor el ambigú que el festín.

Una de las cosas que destaco de este compendio es la importancia de lo lúdico: sin derrumbar propiamente la cuarta pared, en ocasiones quien narra reflexiona sobre el hecho de narrar en sí mismo, por mencionar Payasos vs. hippies y Autocorrección.

Por otra parte, en textos de la misma naturaleza de Esta y otras ciudades (cuento del libro homónimo y emblemático de la autora) y Rompecabezas (también incluido en la antología A golpe de Linterna, compilada también por Atrasalante), Paty utiliza escenarios regionales, cartografía literaria donde Patricia, aunque tamaulipeca de nacimiento, se reivindica como indiscutiblemente regiomontana.

Sin embargo, no ya por eso los textos presumen un carácter local, debo destacar que los escenarios de En domingo no es amargo, más que locaciones geográficas, se ambientan en sitios recónditos de la memoria, o de la ficción. En los cuentos, quisiera pensar que bailan tango lo autobiográfico y la pura sabrosura de inventar, porque qué otra cosa más deliciosa existe que fabular sobre la vida propia y desquebrajar sus límites en la ficción.

Paty Laurent, ciudadana del mundo, viandante exótica, da en este libro una cátedra absoluta sobre el arte de narrar. En algunos textos, de apariencia confesional, los personajes elucubran sobre el cuerpo mismo, sobre la gente que pasa, sobre el tedio y la fascinación por el instante. Y en cuentos como El conejo Quick, son los objetos cotidianos quienes cobran vida y alrededor de quienes se puede crear toda una narrativa.

En fin, sírvome de estas palabras, no ya para “espoilear” sobre los actos y consecuencias que ocurren en este libro, sino para contagiar a las y los lectores del amplio deleite que es encontrarse a narradoras tan peripatéticas, creativas y dedicadas como Paty.

Les seguiría con gusto contando, pero me ha entrado la paranoia… ¿será que soy un personaje robusto, de triste figura, atrapado en la Frontera? ¿será que Paty está escribiendo de mi perfil encorvado, mis boinas percudidas y mi calvicie prematura? ¿Se le ocurrirá señalar que estoy frustrado ante el sol del norte y la rutina que está por regresar?

Me levanto de mi asiento… ¡Cabrones! ¿Quién de ustedes está contándose estas palabras?

Ciudad Juárez, Chih., 10/04/2021

 

Míkel F. Deltoya (Durango, 1991)

Licenciado en Letras Mexicanas por la UANL. Ha publicado plaquettes de cuento y poesía como “Trivium fronterizo”, “Ciudad enteramente construida” y “Aridoamerican Standoff”. Dirige proyectos de educación y creación de contenido para distintas empresas. Tiene un canal de YouTube llamado “Letrospectiva”. Se desempeña como profesor de literatura, gramática y filosofía en el nivel medio superior.

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