Tristera, de Fernando Trejo, fue la obra ganadora del Premio Nacional de Poesía de Tijuana 2022. Así lo anunció el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Tijuana a finales de octubre.
La obra fue elegida ganadora entre los aproximadamente 70 manuscritos que participaron, y uniéndonos a las felicitaciones para el poeta chiapaneco, aquí les compartimos tres poemas de este libro que ahonda entre la ausencia y la pérdida del padre.
Mi padre toma una cerveza frente a la televisión
Es mi padre un hombre muerto
que vive.
Dejó sus cosas en los lugares de siempre,
su anillo de obsidiana
su cepillo de dientes.
No lo sabía. Claro.
Cómo se sabe cuándo, el horario, el exacto momento
de ganar para siempre.
Mi padre a veces camina y lo olemos.
A veces ríe y nos contagia.
Dice mi madre que la televisión se enciende a media noche
y una mano invisible sintoniza
Fox Sports o ESPN.
Fue mi padre un hombre que amó los 90 minutos de futbol,
algunos juegos de los Toros de Chicago,
y los cuatro campeonatos de billar de Allison Fisher.
Hace poco entendí la herencia de sus gustos,
así como entendí mi afinidad por la cerveza.
No fue su culpa,
aclaro,
ni su falta de palabras.
Tampoco fue su ausencia por las horas largas de trabajo.
Fue, eso sí, una fotografía la que me develó el secreto:
Estamos él y yo frente al televisor.
Con su mano derecha mantiene en mis labios la mamila
y con su mano izquierda ladea para sus labios la cerveza.
La imagen no sólo fue revelación
sino la conexión que un padre
le hereda a su hijo.
La sangre que se lega.
El origen.
La bendición de mi padre con un Rosario de San Benito
La última fotografía de mi padre
la tomó su enfermera.
En primer plano
su mano en posición de cruz
sostiene el Rosario de San Benito.
Al fondo,
su rostro diez años más joven
se distorsiona por el frío
y los píxeles del hospital.
Nada nos anuló el consuelo.
Buscamos sus formas, su mano gruesa y frágil.
La condición azul de la última noche.
Mi padre,
desde la cama 22 del Ala A,
nos dio su bendición
de despedida,
sin saberlo.
Después de leer Canción filial de Nicolás Guillén
Escribo, después de su muerte,
por no querer, un día, amanecer filial
a una canción.
Porque después de todo,
es cierto:
a su muerte: la nuestra.
Pero a nosotros las lágrimas,
la rima de su llanto,
a nosotros lo triste, lo indescifrable.
Porque ya nunca más su voz
recostada en la hamaca,
sucediéndonos de tarde,
enfrentándose a las noticias deportivas
del esto,
sorbiendo su café.
Ya nunca más mi padre,
meciéndose en la muerte
que esperaba.
Sobre al autor
Fernando Trejo (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 1985). Comunicólogo. Ha publicado, entre otros, los libros de poesía Cuaderno invertebrado, Travelling, bérsame, Solana, Ciervos, Base Atenas, La abuela está en la casa porque he visto su voz, En los ojos del mar, Las armas que me dejó la guerra y Tristera. Ha sido becario del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Chiapas en la categoría de Jóvenes Creadores (2004-2005 y 2008-2009) y en la categoría de Creadores con trayectoria (2021-2022), del Instituto Mexicano de Cinematografía (2010), y
del programa Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes de México (2018-2019). Ha obtenido, entre otros, el Premio Centroamericano de Poesía Rodulfo Figueroa 2015, el Premio Nacional de Poesía Ydalio Huerta Escalante 2017, el Premio Nacional de Poesía Alonso Vidal 2018, los Primeros Juegos Florales “Raúl Garduño” 2020 y el Premio Nacional de Poesía Tijuana 2022. Es director general del Colectivo de Arte y Cultura Carruaje de Pájaros. En 2020 la Asociación Escritores y Poetas de Chiapas le otorgó la presea Armando Duvalier por su trayectoria.
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Desde que te leí he admirado tus letras.
Tus letras tocan el corazón.
Que sigas cosechando éxito y labrando el camino.