Descripción
¿Qué es el deseo? ¿Cómo palpita en el cuerpo femenino? ¿De qué maneras sigilosas o estruendosas se manifiesta por primera vez? En estos doce relatos que integran Memorias de una niña antigua, Coral Aguirre explora, con fina agudeza y profundo humor, los territorios de la infancia y del deseo.
«Como suele suceder en las narrativas de la autora, la memoria irrumpe sin dejo de nostalgia, para confrontarnos con eso que somos, o que hemos creído ser, y nos sacude las aparentes certezas para sumergirnos en los terrenos a veces pantanosos de la ambigüedad donde el deseo está lleno de ambivalencia y contradicciones.
Mimi, la protagonista de estos relatos, descubre sin saberlo la oscura raíz del deseo con la piel que toca la tierra de un jardín, con las manos que abren huecos para sembrar semillas en la tierra húmeda y con la mirada que repentinamente se posa en sitios prohibidos en el cuerpo de su joven abuela. Y a partir de ahí, todo es territorio por descubrir: el mundo privado que se ensancha hacia la mirada del otro; la casa que se abre a la calle; el cuerpo que crece y demanda la caricia, el beso, el encuentro; las palabras prohibidas, los deseos ilícitos, las caricias clandestinas. Porque en el mundo del Eros todo es transgresión y asombro.
Como si fuese un rito de pasaje, Mimi se enfrenta al mismo tiempo a su cuerpo que se transforma y a un mundo que engaña con las apariencias y se finca en las desigualdades. Crecer es una odisea personal, un viaje solitario de encuentros que terminan en desencuentros, de riesgos extremos que culminan en el más simple de los ridículos, y de revelaciones inesperadas que pueden llevarnos a concluir que tal vez nunca llegaremos a saber quiénes somos en realidad.
Sin duda, en estas Memorias de una niña antigua lectoras y lectores encontrarán siempre sus propias resonancias porque, si bien los contextos puedan variar, Eros, sus placeres y sus trampas, son siempre los mismos».
—Ana Laura Santamaría